En México, durante la primera mitad del siglo XX, se gestó en secreto y se puso en práctica un contundente proyecto de depuración racial. Los regímenes posrevolucionarios, al tiempo que transformaban la estructura social del país, se impusieron un cometido más vasto: crear un Hombre Nuevo, racialmente mestizo, moralmente nacionalista y socialmente proletario o de clase media. Para hacerlo contaron con dos potentes armas: las ideas racistas de ciertos antropólogos, sociólogos y psiquiatras y el desmesurado peso de todo el aparato estatal. Cuesta trabajo creer que apenas ahora se cuente esta historia que –aunque disfrazada tuvo lugar en las clínicas psiquiátricas, en los centros penitenciarios, en los círculos masónicos y en las ocasionales campañas en favor del aborto. Es más difícil aún concebir que México haya sido ¿o es todavía? un país tan racista como otros y, sin embargo, es desoladoramente cierto: este libro riguroso y necesario– lo demuestra con una irrefutable claridad.
Es investigadora en el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México y profesora del programa de maestría y doctorado en historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la misma universidad. Es doctora por l’Ecole des Hautes Études en Ciencias Sociales en París. Ha publicado dos libros: historia de una negación: la idea de igualdad en el pensamiento político mexicano del siglo xix e indígena y criminal. i...
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