Cuando la depresión derribó a Alexandra, busca la manera de recuperarse sin tener que recurrir a los fármacos. Ya totalmente recuperada, empezó a ayudar a otras personas por medio de orientación psicológica y a través de su trabajo en las líneas telefónicas de apoyo. En 2004, Alexandra publicó el primero de sus muchos libros. Es una apasionada defensora de todos los enfermos.